La
mayor parte de los chicos jóvenes que llegan a la consulta preocupados por
sufrir eyaculación prematura, creen que sufren de eso pero no están seguros, quizás de lo único que padecen es de falsas creencias o
información errónea.
“La característica
fundamental de la eyaculación precoz es que el hombre carece de un
control
voluntario adecuado sobre la eyaculación, con el resultado de que llega al clímax involuntariamente antes
de quererlo este es el problema sexual más común en los hombres jóvenes debido
al constante cambio de pareja y el uso
de métodos y técnicas para aumentar su potencia sexual”.
El
tiempo que un hombre necesita para lograr otra erección después de haber
eyaculado es lo que se denomina “período
refractario“, que es diferente
según el individuo y que además es mayor con el paso de los años. Muchos
jóvenes, en cambio, pueden recuperar la erección antes, incluso, de que su pene
salga de la vagina. De ahí viene aquello de “dos o tres sin sacarla”, asociados
al fulgor de la juventud, según el
psiquiatra José Miguel Ramírez.
El mismo explica que no basta una experiencia de descontrol para
considerar que se trata de eyaculación precoz. Si un joven mantiene relaciones
sexuales cada dos o tres meses, es lógico
que eyacule rápidamente. Por lo que la
respuesta sexual se acelera y precipita el orgasmo. La ventaja a esa edad es
que se puede repetir el coito sin problemas. Por lo que una rápida eyaculación
puede tomarse como una expresión de intensa atracción: un homenaje a la persona
deseada.
Además, hay que recordar
que la penetración no es la única forma de satisfacer a la pareja, ni siquiera
la más requerida por las mujeres para alcanzar el orgasmo, cita el psiquiatra
Ramírez.